Dentro de tres días se abre el plazo para presentar la declaración de renta. Desde mediados de marzo ya podían consultarse los datos fiscales tanto en la página web de la Agencia Tributaria como en la nueva aplicación para el móvil que ha entrado en funcionamiento este año. Como cada año, serán muchos los españoles que se pregunten cómo funciona exactamente la declaración de renta, qué deducciones pueden aplicarse en la misma y cuáles son los motivos que hacen que una declaración de renta salga negativa o positiva. En este artículo vamos a intentar dar una explicación de los conceptos básicos que regulan la presentación de la declaración de renta.
El IRPF
Lo primero que se debe saber cuando se presenta una declaración de renta es qué es el IRPF o Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. El IRPF es un impuesto directo que grava la renta obtenida por las personas físicas residentes en territorio español y durante el año natural. Es decir: durante la presente campaña de la declaración de renta se liquidará el IRPF correspondiente a las rentas obtenidas entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2017.
Cuando se habla de las rentas obtenidas durante ese período de tiempo se está hablando no sólo de las rentas del trabajo (es decir, los sueldos percibidos), sino también de los ingresos percibidos por alquileres, de los intereses bancarios, de los rendimientos de actividades económicas, de las ganancias de carácter patrimonial, etc.
Hacienda, para nutrirse y obtener los recursos necesarios para hacer que el Estado funcione, realiza anualmente lo que se conoce como retenciones a cuenta del IRPF. Las retenciones a cuenta no son sino cantidades de dinero que se adelantan a la Agencia Tributaria a cuenta del resultado final de la declaración de renta. Estas retenciones a cuenta (que se aplican sobre las rentas de los trabajadores asalariados, sobre los ingresos obtenidos por los profesionales, sobre los rendimientos de los productos bancarios y sobre las rentas obtenidas por alquileres de locales y oficinas) son obligatorias y es la Ley del IRPF la que establece, en cada caso concreto, los porcentajes a aplicar.
Declaración positiva y declaración negativa
Cuando se realiza la declaración de renta se determinan dos valores: lo que se debería haber pagado el año anterior y lo que, en forma de retenciones, se adelantó. La diferencia entre ambas cantidades determinará lo que la persona física deberá pagar o lo que, en su caso, la Agencia Tributaria deberá devolver a dicha persona física. Así, se hablará de declaración de renta positiva cuando la persona física deba pagar y de declaración de renta negativa cuando sea Hacienda quien deba devolver dinero al contribuyente. Para devolver ese dinero sin tener que pagar intereses de demora la Agencia Tributaria dispondrá de un período de tiempo que llegará hasta el 31 de diciembre del año en que se haya presentado la declaración.
Los factores que determinan el que la declaración de renta resulte positiva o negativa son tres:
- Que los pagos a cuenta del IRPF sean, como hemos visto, superiores o inferiores al impuesto liquidado.
- Que se puedan aplicar ventajas fiscales que disminuyan el impuesto a liquidar.
- Que se hayan obtenido ingresos no sujetos a retención que aumenten el impuesto a liquidar.
Ventajas fiscales e ingresos no registrados
Entre las ventajas fiscales que disminuyen el impuesto a liquidar podemos encontrar las siguientes:
- Aportaciones a planes de pensiones. Hacienda puede pagar un porcentaje variable de tu plan de pensiones.
- Deducciones por donativos. Desde 2016, los 150 primeros euros donados a Entidades sin fines lucrativos tienen una deducción del 75%.
- Deducción por adquisición de vivienda antes de 2013.
Los ingresos que Hacienda no tenga registrados pueden cambiar el signo de una declaración de renta y hacer que el contribuyente tenga que pagar a la Agencia Tributaria. Entre dichos ingresos podemos encontrar:
- Ingresos por alquiler de viviendas. Al no estar sujetos a retención y, por tanto, al no realizar retenciones a cuenta de los ingresos obtenidos, los ingresos obtenidos por alquiler de viviendas obligarán a tributar por ellos, lo que deberá prever quien alquile una vivienda de su propiedad.
- Ganancias patrimoniales obtenidas por la venta de algún inmueble, acciones o cualquier otro bien o derecho. Si se ha obtenido una ganancia patrimonial importante se deberá realizar una estimación del IRPF.
En el caso de que la declaración de renta resulte positiva, el contribuyente podrá realizar el pago antes de que finalice la campaña de la declaración de renta o en dos plazos sin intereses. El 60% de la deuda se pagaría antes de que finalizara la campaña y el resto, a principios de noviembre.