Conducir bajo los efectos del alcohol está penado por la ley. A dicho delito se le conoce como delito de alcoholemia y viene recogido en el artículo 379.2 del Código Penal.

De dicho delito vamos a hablar en este artículo. En él vamos a explicar cómo se realiza la prueba de alcoholemia, qué tipo de procedimiento se sigue para juzgarlo y cuáles son las penas recogidas en nuestra legislación para castigarlo.

Antes de entrar a analizar todos esos aspectos recordaremos que las personas que conducen los efectos del alcohol pueden ser identificadas de diversos modos:

  • Como consecuencia de un control de alcoholemia.
  • Por haber cometido alguna infracción.
  • A consecuencia de un accidente.

Delito de alcoholemia

La prueba de alcoholemia

Es difícil encontrar un conductor que no haya sido sometido alguna vez en su vida a un control de alcoholemia. A pesar de ello no está de más recordar cómo se realizan dichas pruebas.

En primer lugar, los agentes de la autoridad preguntan al conductor del vehículo si desea someterse a la referida prueba. La respuesta del conductor, en este sentido, debe ser siempre positiva. Una respuesta negativa a dicha pregunta implica una presunción de conducción bajo los efectos del alcohol, lo que se tipifica como delito.

La prueba consiste en que el conductor sople en el etilómetro de mano o alcoholímetro. Este aparto se encarga de medir la tasa de alcohol en aire espirado. Al realizarse el test de alcoholemia pueden suceder tres cosas:

  • Que el conductor no haya consumido alcohol (o haya consumido apenas nada) y, por tanto, el nivel del mismo en aire espirado sea de entre 0,0 gr/l y 0,25 gr/l.
  • Que la tasa de alcoholemia sea superior a 0,25 gr/l e inferior a 0,60 gr/l. En este caso, el conductor sufrirá una sanción administrativa y perderá algunos puntos del carnet de conducir.
  • Que el resultado exceda los 0,60 gr/l. En este caso, que será el analizado en este artículo, el conductor será acusado de un delito de conducción bajo los efectos del alcohol.

Cuando se supera la tasa de alcohol permitida por encima de los 0,60 gr/l, el resultado debe ser reafirmado con una nueva medición

Esta medición, que se realizarán dejando pasar un intervalo de tiempo prudencial, se hará con un aparato de mayor precisión que el habitualmente utilizado por los agentes del orden.

Dicho aparato, llamado etilómetro de precisión, mucho más preciso que el de mano, emitirá un ticket con los datos de la medición y dicho ticket se adjuntará a la denuncia.

Constatado el exceso de alcohol, el conductor es detenido, abriéndose en ese mismo instante las diligencias para que pueda ser juzgado por la comisión de un delito contra la seguridad del tráfico.

Tras esta segunda prueba, el conductor puede solicitar una tercera, que se realiza mediante un análisis de sangre. Ésta es la que se presenta como la más efectiva de todas y sus resultados son tomados por definitivos.

Conducir bajo los efectos del alcohol

Juicio por conducir bajo los efectos del alcohol

En los casos de conducción bajo los efectos del alcohol, la instrucción será llevada a cabo por los cuerpos de seguridad del Estado. El enjuiciamiento, por su parte, correrá a cargo del Juzgado de Instrucción de guardia. En muchos casos, los mismos agentes que instruyen la diligencia citan para el juicio rápido.

¿Dónde permanece el conductor mientras se tramita la causa? Detenido en las dependencias policiales. Si se le tuviera que tomar declaración se haría en presencia de Abogado. Tras la declaración (que habitualmente no acostumbra a tomarse), el conductor detenido suele ser puesto en libertad siendo en el mismo acto citado para juicio oral.

El juicio se celebra en la Sala de Juicios del Juzgado o, en ocasiones, en el Despacho del Juez. Iniciado el Juicio, se toma declaración al investigado. Las preguntas del Juez y las del Fiscal son contestadas por el investigado en presencia del Letrado.

Finalizado el interrogatorio, el Juez celebra juicio rápido y lo habitual es que se proponga que investigado y Letrado acepten una reducción de un tercio de la condena solicitada por el Fiscal. Esto, en la práctica, se convierte en la imposición de una condena que acostumbra a ser menor que la legalmente establecida para el delito de alcoholemia.

Prueba de alcoholemia

Penas por el delito de alcoholemia

La pena que se impone por cometer delito de alcoholemia puede ir desde los seis a doce meses de multa (que se transforma, si hay conformidad por parte del investigado, en una multa de entre cuatro y ocho meses) hasta pena de prisión de 3 a 6 meses.

Entre las penas destinadas por cometer este delito figura, también, la realización de trabajos en beneficio de la comunidad entre 31 y 90 días. El no cumplimiento de la pena implica la transformación de la misma en días de prisión.

A las penas citadas anteriormente hay que añadir también la retirada del permiso para conducir vehículos a motor por un tiempo de entre uno a cuatro años. Si se ha producido conformidad por parte del conductor penado, la retirada del permiso será por un plazo de entre 8 y 32 meses.

Si se han producido daños como consecuencia de conducir con una tasa de alcohol superior a la permitida hay que tener siempre presente una cosa: esos daños no suelen ser cubiertos por las compañías de seguro.

Las aseguradoras acostumbran a incluir en sus pólizas una cláusula por la que se eximen de la responsabilidad de hacer frente al pago de los costes de los daños derivados de un accidente ocasionado por haber conducido en estado de embriaguez.

Alcoholimetro